Este es un manifiesto que se publicó hace poco en la pagina Chilena de estudiantes de arquitectura http://www.estudiantesdearquitectura.cl
Lo cierto es que se escribe lo que repetidas veces se habla en la escuela en esas charlas sin rumbo donde llegan cuestiones existenciales, etc. jaja
Os dejo, pues, un fragmento del manifiesto que podréis terminar de leer en su pagina.
Manifiesto
Ser estudiantes de arquitectura nos pone desde primer año en la más movediza de las arenas, al ingenuamente querer ser aprendices de una disciplina que poca gente a través de la historia se ha atrevido a definir, con una heterogénea y a la vez, distorsionada percepción por parte de la sociedad y quizás la más grave de todas, nos pone ante una carrera con pocas certezas más allá de la normativa y de las soluciones técnicas. Estudiar arquitectura no es fácil, por un lado cuenta con una larga lista de obstáculos que empieza con la inauguración de tu primera croquera, pasando por la aplicación adecuada de cartones, micas y otros posibles e improvisados materiales, resistir el efecto de todo tipo de adherentes o dejarse llevar por su psicodelia hasta llegar a una adecuada administración de tu tiempo y tu vida social, y por otro lado, como diría tu profesor, hablar de la arquitectura, palabra que toda la gente en tu facultad manosea pero que nadie sabe realmente que diantres es, pero nadie tampoco se atreve a preguntar, ya es otra cosa. No es menor que la arquitectura curiosamente en nuestro querido castellano tiene género femenino y debe ser por eso que no podemos dejar de hablar de ella, sea tan celosa, le guste jugar con nuestra autoestima, requiera con bastante poco criterio de nuestro tiempo, pida tantos sacrificios y se pelee con nuestras parejas.
Ser estudiantes de arquitectura nos pone desde primer año en la más movediza de las arenas, al ingenuamente querer ser aprendices de una disciplina que poca gente a través de la historia se ha atrevido a definir, con una heterogénea y a la vez, distorsionada percepción por parte de la sociedad y quizás la más grave de todas, nos pone ante una carrera con pocas certezas más allá de la normativa y de las soluciones técnicas. Estudiar arquitectura no es fácil, por un lado cuenta con una larga lista de obstáculos que empieza con la inauguración de tu primera croquera, pasando por la aplicación adecuada de cartones, micas y otros posibles e improvisados materiales, resistir el efecto de todo tipo de adherentes o dejarse llevar por su psicodelia hasta llegar a una adecuada administración de tu tiempo y tu vida social, y por otro lado, como diría tu profesor, hablar de la arquitectura, palabra que toda la gente en tu facultad manosea pero que nadie sabe realmente que diantres es, pero nadie tampoco se atreve a preguntar, ya es otra cosa. No es menor que la arquitectura curiosamente en nuestro querido castellano tiene género femenino y debe ser por eso que no podemos dejar de hablar de ella, sea tan celosa, le guste jugar con nuestra autoestima, requiera con bastante poco criterio de nuestro tiempo, pida tantos sacrificios y se pelee con nuestras parejas.
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