Uno de los objetivos que la promotora estableció a la hora de decidir el proyecto ganador del pabellón que representaría a Reino Unido en la EXPO 2010 fue que el edificio debería destacar entre todas las demás construcciones y aspirar a ser el mas popular.
No se si ha llegado a ser el mas popular o el mas visitado de la exposición, pero desde luego, y no cabe ninguna duda, el pabellón presenta una singular apariencia en la que antes que a un edificio nos recuerda a un organismo vivo. En la mayoría de las ocasiones, la sensación que provoca un proyecto en los “renders” de su presentación y en la construcción ya finalizada no suele coincidir, perdiendo fuerza en muchos casos en la segunda parte. Pero esta obra una vez construida, un ‘pompón’ formado por 60.000 varillas de fibra de vidrio transparente, parece alejarse visualmente de la realidad con sus filamentos moviéndose por el aire, o cuando el movimiento de las nubes sobre el recinto de la Expo tiene su reflejo en forma de luminosidad fluctuante dentro del pabellón. El resultado para el afortunado que se adentra en él, es la sensación de estar en una atmósfera reverencial, un momento de introspección en un espacio silencioso.
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